miércoles, 4 de marzo de 2015

¿Quién soy? ¿Con qué me identifico?

Símbolo de identificación

Fuente: Personal
Existen millones de personas en el mundo con diferentes creencias, gustos e ideologías, que pueden definirse de distintas formas tomando como referencia algún objeto en singular, pero lo que a mí me identifica es la Virgen de Guadalupe, conocida también como la Morenita, hecha de cerámica, ya que ha estado presente a lo largo de mi vida y es a quién, indudablemente, puedo recurrir en todo momento.
Desde muy pequeña mis padres, en especial mi madre, me han enseñado a rezar, leer la biblia, ir a misa y bueno ser parte de las sagradas celebraciones católicas, aunque a esa edad tan temprana, no entendía lo que representaba la imagen que veía todos los domingos al frente en la iglesia, la vida misma se encargo de enseñarmelo, pues al pasar el tiempo mis padres me inscribieron en un colegio católico en donde pude entender más acerca del tema en libros pero cuando en verdad entendí lo que significaba fue cuando en una actividad de mi colegio trabajamos vendiendo chocolates, caramelos, estampillas, y algunas otras cosas, para poder donar el dinero recaudado a personas de pocos recursos, vivir esta experiencia es lo que me hizo valorar más todo lo que tenía; en sí la vida misma. En el instante que vi a niños descalzos, sucios por la falta de agua y algo desnutridos, pero lo más extrañó con una sonrisa plasmada en su rostro, me hizo pensar: ¿Cómo pueden vivir en esas circunstancias y aun así ser felices? Mi pregunta me causo tal intriga que decidí preguntarlo a su madre, y lo que al instante me respondió fue lo que cambió radicalmente mi vida: "Nosotros no somos pobres, porque tenemos a Dios, él siempre nos cuida y sabemos que nunca nos faltará el pan en nuestra mesa, somos una familia honrada y que trabaja de sol a sol pero lo importante es que mi familia está unida, no tenemos en abundancia pero Dios nos ha dado lo suficiente para vivir", después de ese día reflexioné sobre mi vida, deje de ser esa niña caprichosa y superficial, que lo único que le importaba era lo que pensaban los demás y se enojaba con sus padres cuando no le daban lo que ella quería.
A pesar de que no sabía cómo luchar contra mí misma le pedí a la virgencita que me ayude a hacerlo, así que me puso muchas pruebas que me ayudaron a lograrlo. Es por eso que la Virgencita de cerámica es el objeto que mejor representa a la persona que soy ahora.





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